En Noviembre del 2017, en la ceremonia por bodas magisteriales, despedimos a un gran maestro, pero sobre todo una gran persona. el Prof. Javier Carpio Lopez, pero para grata sorpresa nos canto un mix de huaynitos y puso a bailar a todos los asistentes. Prof. Carpio nuestro mas grande reconocimiento y agradecimiento por la labor desempeñada en este su segundo hogar.
I.E. LASTENIA REJAS DE CASTAÑON
jueves, 16 de noviembre de 2017
DON PEDRO ALEJANDRINO DEL SOLAR GABANS (1829–1909)

Don Pedro Alejandrino Del
Solar Gabans, nació en Lima el 26 de noviembre de 1829, fue hijo de Juan
del Solar Santisteban y Manuela Gabans. Fue hombre de Inteligencia clara y
penetrante; percepción rápida; vigorosa intuición del deber; sentimientos de
culto para la honra nacional, y, en fin, voluntad incontrastable para dar forma
real a las ideas una vez concebidas. Doctor en Cánones, Matemáticas y Ciencias
Naturales, fue catedrático a los 21 años, en junio de 1968 fue decano de la
Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. En 1860
fue diputado por la provincia de Pataz, en 1866 se le nombró magistrado del
Tribunal Supremo de Justicia; en 1867 fue diputado por Catrovirreyna y senador
en 1869.
En
1879, cuando el gran conflicto nacional estalló, se destacó como patriota y
hábil político, sufriendo prisiones por protestar contra la dictadura, y siendo
nombrado comandante militar del departamento de Tacna. En la guerra no fue solo
el bravo soldado que pelea por la patria, sino un gran organizador de la
defensa nacional. Tres veces fue nombrado presidente del Consejo de Ministros,
y en sus últimas elecciones fue elegido vicepresidente de la república del
Perú.
En
1880, Siendo Prefecto de Tacna, formó la División Nacionales de Tacna. Esta
división estuvo integrada por los Gendarmes, quienes estuvieron a cargo
del
coronel Napoleón Vidal; los Artesanos, la Columna Sama a cargo de Luís Pacheco
de Céspedes “El Cubano”, Columna Agricultores de Para al mando del teniente
coronel don Samuel Alcázar y población civil, todos como fuerte de reserva.
Del
Solar, además de pierolista, fue un
asimilado militar con el cargo de
coronel de Guardias Nacionales, pero a diferencia de la mayoría de los
partidarios del Califa, ungidos como jefes de unidades militares, él asumió con
responsabilidad y entrega la tarea, pues organizó lo que algunos partes de
guerra e historiadores denominan La
división los Nacionales de Tacna, y marchó al combate al frente del mismo como
comandante general.
Después
de la Batalla de Tacna fue Prefecto de Arequipa. En 1881 estuvo presente en las
defensas de Lima.
Encargado
de Negocios del Perú en La Paz, Bolivia (1881), y ocupó el cargo de Primer
Ministro durante el gobierno de Andrés
A. Cáceres desde el 22 de noviembre de 1886 – 1887, Secretario del Senado, y
Primer Vicepresidente
1890-1894
durante el gobierno de Remigio Morales Bermúdez. Fue tío de Víctor Raúl Haya de
la Torre (Fundador del APRA). Ocupó el cargo, además, de Ministro del Perú en
Madrid en 1892. Falleció en 1909.
miércoles, 15 de noviembre de 2017
MOMENTOS DE LA COLUMNA DE AGRICULTORES DE PARA
Para nosotros después del estudio
casi detallado de lo acaecido con los valientes agricultores, hemos tratado de
resumir, seis momentos los mismos que consideramos de mucha importancia, los
mismos que año a año tratamos de inculcar a nuestros jóvenes, estos son:
A. Convocatoria:
B. Toma De Decisión:
La toma de decisión que realizan
los campesinos en el seno de su hogar junto a sus esposas e hijos, de la
difícil misión que tienen que desempeñar, cual es la de luchar por la tierra
donde ellos han nacido.
Cuando los voluntarios pareños,
viendo la coyuntura difícil de la guerra y a falta de soldados, dejan sus
herramientas, y los cambian por el fusil, las prendas de campo por la
indumentaria de guerra y marchan al lugar del combate donde han de dar duro
apremio al enemigo invasor.
C. Ubicación En El Frente:
D. Horas De Victoria:
Al promediar las 12 del día junto
a otros aliados, la Columna Para arremete junto con los Zepita, el Arica, los
Colorados, y otros batallones el ala derecha enemiga, logrando hacer
retrocederlos, y consiguiendo varios momentos de victoria.
E. Inmolación:
A raíz de que Leiva no llega con
sus tropas y a la numerosa infantería enemiga, los cuerpos de Para sufren
refriegas de la metralla y fuegos de fusilería chilena, con ayuda de su
caballería, y caen luchando en el campo
PARTICIPACIÓN DE LA MUJER PAREÑA EN LA BATALLA DEL 26 DE MAYO 1880
Es
destacable la participación de estas fieles mujeres para con sus esposos, hijos y demás integrantes de la Columna de
Agricultores de Para, quienes desde el 2 hasta el 26 de mayo de 1880, y aun
después, asistieron con alimentos, ayuda y traslado de sus muertos.
Si
pues, a pesar del clima otoñal y de frígidas
mañanas, ellas jamás dejaron
de asistir a los valientes de
Para. Ellas, con sus camisones de tocuyo, con sus faldas teñidas
con ayrampo y tejidas en colores característicos, ellas, con sus dos trenzas
gruesas por su abundante cabello, ellas, con sus ojotas curtidas de cuero de
llama, con sus sombreros rústicos de ovino, por último, ellas con sus llicllas
que servían para llevar los comestibles.
Sí, Estas mujeres, en su mayoría de Para, de Tarata, de Candarave, de Ilabaya,
de Alto Perú, etc., forjaron para las actuales generaciones, ejemplo de entrega
y identidad nacional.
La señora Sara Neuhaus de Ledgard admite, en su
obra; Recuerdos de la Batalla del Campo de la
Alianza, la siguiente versión: “Al ingresar a Tacna el ejército invasor nos llamó profundamente la atención, ver entre los hombres una mujer que venía con botas, kepí y sable. Era una célebre cantinera que había asistido a todas las batallas libradas contra nuestro ejército”. ¡Qué diferencia entre ésta mujer y las rabonas que iban detrás del ejército peruano; unas pobres cholas, valientes y resignadas que soportaban todas las fatigas de las marchas, prestando los servicios que les era posible dentro de su condición y combatiendo a veces al lado de los hombres, con los fusiles que arrancaban de las manos crispadas de los muertos!
Alianza, la siguiente versión: “Al ingresar a Tacna el ejército invasor nos llamó profundamente la atención, ver entre los hombres una mujer que venía con botas, kepí y sable. Era una célebre cantinera que había asistido a todas las batallas libradas contra nuestro ejército”. ¡Qué diferencia entre ésta mujer y las rabonas que iban detrás del ejército peruano; unas pobres cholas, valientes y resignadas que soportaban todas las fatigas de las marchas, prestando los servicios que les era posible dentro de su condición y combatiendo a veces al lado de los hombres, con los fusiles que arrancaban de las manos crispadas de los muertos!
Este
párrafo nos dice claramente que la mujer de Para no solo asistió a los caídos,
también ellas pelaron, ellas lucharon, ellas empuñaron un rifle y dispararon,
seguramente murieron.
lamentablemente,
la historia oficial peruana no rescata, el papel anónimo que cumplieron con
nuestra patria dichas damas, ¿Será porque se menosprecia el status socio
cultural a la cual pertenecían?, ¿Será porque eran aymaras, quechuas o por el
limitado lenguaje español que poseyeron?
Sin
lugar a dudas, la mujer tacneña, en especial la Pareña tuvo una labor sacrificada sin agenda, sin libreto, sin
premio ni registro y mucho menos sin estimulo del gobierno peruano, pero es
innegable que en los manuscritos de los corresponsales de guerra aliados, no se
las menciona.
Quizás
mañana alguien descubra sus nombres de todas ellas que lucharon en 1880 y
podamos rendir mejor tributo.
Mujer
pareña, en este presente te hacemos justicia rescatando la historia, ya
que como escribió el historiador Daniel
Ballivián, sin las “rabonas” no era pensable la defensa de la patria.
Si
pues, estas fueron las mujeres de los hoy también héroes desconocidos, de los
agricultores a quienes asistieron, en algunos casos heridos, en otros casos
muertos para luego trasladarlos al Panteón de Para. De allí la denominación de
“rabonas”.
Nosotros
no somos partidarios de la denominación “rabonas”, debido a que constituye un
término despectivo, humillante y discriminatorio con el cual algunos
historiadores quisieron tipificar a estas heroicas damas.
IMPORTANCIA DE LA CONVOCATORIA A LA COLUMNA FUTURO
En
1880, nuestros hermanos, padres, abuelos, etc. ofrendaron sus vidas en defensa
de esta tierra llamada Tacna, estamos seguros que lo hicieron con sentimientos
encontrados, de saber que la patria los llama y de saber que irían a una muerte
segura, de tener que despedirse de sus esposas, de sus hijos, ese solo hecho es
heroísmo. Ellos encontraron consuelo en su valor y el coraje de sus propias
familias ya que sabían que eran pocos, y que los pertrechos eran escasos, pero
ante la fuerza bruta del invasor a ellos les sobraba valentía, eso es una
lección, una enseñanza que nos dejaron y la escribieron con sangre para que no
los olvidemos.
Así
como en el siglo XIX, específicamente en 1880, don Pedro Alejandrino Del Solar
convocó, así como don Samuel Alcázar formó y dirigió a valientes agricultores
que no tenían instrucción militar, nosotros
desde el 2008, en el inicio del siglo XXI, tratamos de emular este hecho
convocando a los jóvenes, para que ellos en un futuro construyan una patria más
libre sin mezquindades, sin traiciones asumiendo el reto y el desafío de
enfrentar los problemas con las herramientas que tenemos y que no digan “les
faltó para justificar cualquier derrota.
DON SAMUEL ALCÁZAR VALDIVIA (1831-1880)
Dejar
de mencionar la calidad humana, moral y patriótica, de este indiscutible
tacneño, sería menoscabar su prestigio y nombre. Como muchos peruanos,
dejaron de lado a su esposa e hijos, y padres cuando la nación, su pueblo, más
los necesitaba, otros oficiales estaban impregnados en sus cargos por
influencia de quienes ostentaban el poder del estado, a ellos pizca les
importaban los resultados de las campañas que el Perú libraba en contra el
invasor, sobre todo, en el sur.
Nació
en Ilabaya en 1831 hijo de don Pablo Alcázar natural de Tacna y de doña Narcisa
Valdivia
natural del valle de Ilabaya. Realizó sus primeros estudios en la ciudad de Tacna. Posteriormente, desde joven, prosiguió la carrera militar en Lima graduándose luego de algunos años como Sub-Teniente. Posteriormente, con el grado de capitán, en el año de 1865 se retiró para protestar contra el tratado Vivanco-Pareja, el mismo que era lesivo para los intereses del Perú.
natural del valle de Ilabaya. Realizó sus primeros estudios en la ciudad de Tacna. Posteriormente, desde joven, prosiguió la carrera militar en Lima graduándose luego de algunos años como Sub-Teniente. Posteriormente, con el grado de capitán, en el año de 1865 se retiró para protestar contra el tratado Vivanco-Pareja, el mismo que era lesivo para los intereses del Perú.
A
raíz de este hecho se dirige hacia Arequipa para unirse a las fuerzas que preparaba el Coronel Mariano Ignacio
Prado. En la sublevación de 1867 participó en la toma de la ciudad de Lima
combatiendo al General Pedro Diez Canseco, en Arequipa, a quien venció y
asistió en la rendición de esta ciudad.
Alrededor
de 1869 se retira a su ciudad natal para dedicarse, a tareas agropecuarias y
comerciales. Después de un quinquenio, apartado de la vida militar, se casó con
doña María Santos Litardo con quien tuvo tres hijos, entre ellos; Daniel
Alejandro (1873), Toribio (1875), y Juan de la Cruz (1879).
El
5 de abril de 1879, Chile le declara la guerra al Perú, y desde su tierra
natal, este militar retirado, deja a su esposa y a sus menores hijos, y se alistó para brindar sus servicios a la
patria, participando en la campaña de Tarapacá.
Luego
de la retirada hacia Arica y Tacna, nuevamente formó a un contingente de
milicias denominado “Columna
Agricultores de Para”. Este valiente Teniente Coronel murió
defendiendo a su patria el 26 de mayo
de 1880, cayendo junto a su brava columna.
La
participación de este valiente ilabayeño quedo patentizada en sendos documentos
escritos por personajes importantes de la época; El primero, firmado por el
prefecto Pedro Alejandrino del Solar que a continuación describe en un parte
oficial:
“COMANDANTE
GENERAL DE LAS FUERZAS ARMADAS DE TACNA”
28
de Mayo de 1880.
“...Colocada
en la reserva movilizable ésta división, formada por jóvenes tacneños y
agricultores, cerca de 1000 plazas, estrechado el combate, se sostuvo con toda
energía y firmeza pues luchábamos con fuerzas superiores.
El
comandante Napoleón Vidal cae gravemente herido, así como el capitán Rosendo
Barrios, el capitán Samuel Alcázar que
comandaba la Columna de los campesinos de Tacna cae muerto al frente de su
columna, el coronel Rosas y el mayor Federico Mazuelos dan prueba de gran valor
y serenidad.
El
pueblo de Tacna, representado en la batalla por su juventud de todas las clases
sociales, ha dado pruebas de patriotismo y que sobres sus vidas está el honor
del país, sacrificándose por la patria”
El
segundo documento está firmado por el mismísimo Montero, desde Tarata, en el
cual hace una descripción de la terrible batalla, de la supremacía numérica del
enemigo y por último, elogia la valentía de altos mandos caídos, entre ellos al
Teniente coronel Samuel Alcázar y su columna,…la columna de Para.
“PARTE
QUE EL CONTRAALMIRANTE MONTERO DIRIGE AL SECRETARIO DE GUERRA SOBRE LA BATALLA
DE TACNA”
Tarata,
29 de Mayo de 1880
Señor
secretario de guerra:
“...El
desgraciado resultado del combate del 26 no se debe a la mala calidad de
nuestras tropas sino al excesivo número de los enemigos. Tan cierto es que el
ejército peruano ha luchado con bizarría que de los doce batallones que tenía
bajo mis órdenes han muerto 6 primeros jefes y un comandante general cuyos
nombres guardara con orgullo la historia. El coronel d. Jacinto Mendoza que
comandaba la cuarta división, los coroneles Barriga Fajardo, Luna; Los tenientes coroneles Maclean, Llosa y el
comandante d. Samuel Alcázar, que mandaban respectivamente los batallones
Huascar, Cazadores del Rimac, Cazadores del Misti, Arica, Zepita y la Columna
de Para, han luchado con heroísmo superior a todo encomio...
L.
MONTERO
En
uno de los legajos existentes en el Archivo Regional de Tacna se ha encontrado
un documento de contrato de arrendamiento, en el cual, ante el escribano
correspondiente se consigna su
ocupación de militar, en este valiosísimo documento se puede leer lo
siguiente: “En Tacna, a mayo diez de
1871,
ante mí, el Escribano Público de Hacienda y testigos que suscriben por una
parte don Samuel Alcázar de profesión militar, y don Francisco Soto, ambos de
esta vecindad, casados mayores de 35 años(…).
Luego
de casi un mes de haber permanecido sus restos en el campo de batalla, el
veintiséis de junio de 1880 recién es enterrado su cuerpo, Dice la margen de su
partida de defunción: Samuel Alcázar, Muerto en Combate el 26 de mayo de
1880...
Luego
de casi un mes de haber permanecido sus restos en el campo de batalla, el
veintiséis de junio de 1880 recién es enterrado su cuerpo, Dice la margen de su
partida de defunción: Samuel Alcázar, Muerto en Combate el 26 de mayo de
1880...
Samuel
Alcázar ofrendó su vida al mando de la Columna de Agricultores de Para, quienes
cayeron heroicamente, y hoy son los héroes olvidados o desconocidos que Tacna
tiene la obligación de recordar y emular.
El
22 de septiembre de 1903, se registra la expedición de la cédula de montepío a
la Sra. María Santos Litardo, viuda del sargento mayor Samuel Alcázar, muerto
en el Campo de la Alianza. Este documento es valiosísimo debido a que representa un reconocimiento
tácito de que Samuel Alcázar Valdivia fue y es un héroe nacional.
COLUMNA AGRICULTORES DE PARA
La
Columna Agricultores de Para fue un contingente de hombres comprendidos entre adolescentes
y personas adultas hasta mayores de 50 años, quienes, en su mayoría eran trabajadores de la hacienda de Para, otros
eran de los alrededores del pago Aymará,
del pago Silpay, miembros de familias
cuyos apellidos aún existen, como por ejemplo: Ayca Alférez, Vilca, Ale,
Avendaño, Solano, Roque, Quea, Ramos, Mamani y otros. La comandancia de estos
agricultores, quienes fueron parte de un grupo de reserva, fue otorgada a don
Samuel Alcázar Valdivia, un oficial del ejército peruano, quien con sus 49
años a cuestas, semanas antes de la batalla del Campo de la Alianza, sé
encargo de instruirlos y a la postre, dirigirlos militarmente.
La
“Columna Agricultores de Para”, como
fuerza de reserva formaba parte del cuerpo de Infantería del ejército aliado. Esta
columna estuvo compuesta de 200 hombres aproximadamente. Ellos estaban armados,
con los fusiles Peabody, Chassespost, Rémington, asimismo portaban consigo hachas cortas, machetes, palos punzantes
de Molle o Chalso, materiales que
les sirvieron para pelear en la lucha cuerpo a cuerpo.
La
ubicación de este contingente fue el ala derecha cuyo jefe era el almirante
Montero y a cuya cabeza estaba Narciso Campero, general en jefe del Ejército
Unido del Sur del Perú, quien un día antes fue proclamado presidente de
Bolivia.
La
participación de este cuerpo de combate de Para fue importante y trascendental
para el apoyo a las fuerzas del ala izquierda comandada por
el coronel Eleodoro Camacho de Bolivia.
En vista que por este flanco el enemigo
concentró la mayor parte de sus fuerzas, en forma oblicua, siendo una
resistencia a sangre y fuego, pero que, por la superioridad numérica de los
enemigos, finalmente, cientos de hombres murieron en la contienda, junto a
ellos el heroico comandante Samuel Alcázar Valdivia.
LOS NACIONALES DE TACNA
La confrontación era inminente, además se conocía
la superioridad numérica de las fuerzas enemigas en no menos de 20 mil efectivos y la inferioridad de las fuerzas aliadas en aproximadamente 9 mil.
El Contralmirante
peruano Lizardo Montero vio por conveniente recurrir a fuerzas civiles,
las misma que había convocado desde Tarapacá, Arica, así como de Tacna, de ésta
última, convocó a diversos sectores.
En tal circunstancia fue nombrado prefecto de Tacna
Don Pedro Alejandrino del Solar Gabans y este a su vez convoca a la fuerza de
reserva y debido al desprendimiento de
los pobladores, en corto tiempo conforma los Nacionales de Tacna.
La división los Nacionales de Tacna estuvo
conformado por 750 hombres de la Columna
de Gendarmes, 60 de la Columna de Guardias Civiles, 50 lanceros de la Escuela
de Gendarmes de Tacna, 43 tiradores de los Gendarmes de Tarapacá
y 400 ciudadanos voluntarios de
Tacna, al frente de los cuales se hizo presente en el Campo de la Alianza para
presentar batalla a los invasores.
PARA ANTES DE LA INVASIÓN
Los
agricultores de Para, en su mayoría eran indígenas y mestizos haciendo un total
aproximado de 300 habitantes, quienes conformaron una población de tipo rural.
Los mismos que irrigaban las pampas de Para Grande con las aguas del rio
Caramolle, el cual la mayor parte del año permanecía seco, siendo su mayor
afluencia hídrica en los meses de enero a marzo.
La
palabra Para proviene de la voz Aymara Phara, que significa “seco”, suelo con
grietas, piel de viejo, porque se arruga. Se denomina así porque allí se
acumulaba la greda amarillenta como consecuencia del constante residuo que
traía el río Caplina en épocas de lluvia.
Por
otro lado existe una leyenda que explica
el origen del nombre de Para, y que fue investigada por estudiantes de la
Escuela Mixta de Para en el año de
1951.
Hechas la conclusiones de éstas, resulta que por Para transitaban en los
tiempos de la conquista española, un grupo de soldados que iban de paso al
corregimiento de Arica y al llegar al sitio denominado “La Pascana” (existen
los restos), situado al pie del pueblo, uno de los jefes españoles gritó:¡Para!
¡Para!
Y desde entonces tomó este lugar el nombre de Para.
En
la época de los incas y antes de ella, este pueblo comprendía varios Ayllus,
hoy desaparecidos: como el
Chassapalla, Ichu y Kinchay,
dependientes del Cacique Urinsayas o Abajeños.
Apenas
llegan los españoles al valle de Tacana se percataron que aquí existía un
potentado indio natural, quien era dueño de la gran hacienda de Para, se
referían a Diego Caqui, quien
al testamentar y
luego fallecer en el año
1558
deja como herederos a Diego Ara y Pedro Ara, lo que provocó una decadencia
agrícola, abandonándose los Ayllus de este sector. Posteriormente, en la época
del virrey Conde de Superonda, con una nueva reglamentación de aguas, se
canjearon estas tierras por las que pertenecían al cacique Coque, hijo del
cacique Istaca, en Tocuco. Desde entonces se inicia el latifundismo, en el
valle, adjudicándose al cacique una gran extensión de tierras.
Proclamada
la independencia del Perú, las tierras del Latifundio de Para, se convirtieron
en una gran Hacienda, que se conservaba hasta la década de lo 50, dividida en
dos fundos: Para Grande y Para Chico, las mismas que pertenecían hasta 1825 al
cacique Toribio Ara. Luego la hacienda fue entregada a sus hijos José Rosa Ara
y María Concepción Ara.
Posteriormente,
a partir de 1860 fueron dueños los Forero hasta el año 1920, y después son
propietarios los Morris.
A.
Actividades y costumbres
La
mayoría de los pobladores se dedican a la agricultura que les proporciona los
medios necesarios de vida pero debido a la poca cultura de estos hombres y a
sus costumbres arraigadas, propias de la raza, no satisfacen ni sus necesidades
primordiales; como ser una vivienda higiénica, una buena alimentación, y una
vida sana, viven en casuchas de barro y caña, sin condiciones higiénicas
óptimas, generalmente constan de un solo cuarto, la misma que sirve para toda
la familia. El piso de esta casa lo constituye el propio suelo del terreno,
donde tienden sus cueros para dormir y arman sus camas.
Su
alimentación lo constituye el maíz, papa, ají, charqui, zapallo, camotes,
grasas, algunas verduras y frutas.
La
vida diaria laboriosa y monótona del poblador de Para consiste en que la
mayoría de los días, apenas llegada la noche, se entregan cansados al sueño
reparador, para levantarse luego muy de madrugada a labrar la tierra y cumplir
sus tareas diarias. Estas formas de vida los convierten en seres de carácter
retraído, desconfiado y huraño, sobre todo con los extraños, pero cono los
suyos son francos y se cuidan las cosas mutuamente. El pareño es activo y se da
tiempo para realizar tareas en otras chacras; tales como la de regador, peón
agrícola, etc., buscándose así otras fuentes de ingresos. En el caso de la
mujer, ellas llevaban hortalizas a la Recova de la ciudad.
B.
FIESTAS COSTUMBRISTAS
En
este pueblo se celebran especialmente fiestas religiosas, principalmente la
fiesta de la Cruz del 3 de mayo, la fiesta de la Purísima Concepción de la
Virgen María del 8 de diciembre y la del Señor de los Milagros.
Estas
fiestas son muy concurridas por los pobladores. No faltando los bailes y
comparsas de morenos, con vestimentas propias
de las costumbres del puerto de Arica y luego traídas a Tacna. Éstas son
amenizadas por las bandas regionales, compuestas de instrumentos fabricados, en
muchos casos, por ellos mismos, y que consisten en: bombo, tambores, quenas,
flautas, zampoñas, etc.
También
recordaban el día de Todos los Santos, arreglando “la mesas”, que consisten en
presentar las comidas que le gustaban al difunto de la casa. Éstas son
generalmente: el chupe, el arroz amarillo de gallina, el picante, las humitas,
dulces amasados con harina de maíz, cancha, mote, etc. y como bebida, la
chicha.
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